El jueves, 28 de septiembre, tuvo lugar una reunión entre los cabezas de Estado de Rusia y Turquía, Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan en el palacio presidencial de la capital turca, Ankara. El motivo de su encuentro tenía como objetivo estrechar la cooperación de ambos países ante los conflictos regionales que actualmente se dan en Siria e Irak.
El presidente ruso fue recibido con honores militares propuestos por Erdogan. Tras tres horas de reunión, se convocó una rueda de prensa en la que no hubo preguntas y ambos hicieron saber las decisiones que habían tomado acerca de las decisiones para el acercamiento entre países, para luchar juntos y combatir al ISIS después de siglos de enfrentamientos entre ellos.
El primero en hablar fue el presidente turco, que anunció las buenas relaciones entre los dos Estados desde su reconciliación un año atrás. “Nos hemos encontrado personalmente cinco veces este año y hemos hablado varias veces por teléfono, hay pocos países que tienen una relación tan estrecha”, afirmó. Luego, Putin en su discurso habló principalmente acerca del conflicto de Siria y su voluntad de intervenir nuevamente. “Las negociaciones han sido exitosas. Se han creado las condiciones para detener la guerra y combatir el terrorismo”, declaró. Erdogan anunció la semana pasada que su ejército estaba listo para intervenir en Siria, y en ese mismo encuentro Putin anunció su intención de unirse a la contienda.
Otro de los temas que salió a colación fue el de las tensiones en Irak, tras el rechazo del referéndum de Kurdistán por ambos países. Turquía anunció ayer que una de las consecuencias que tomaría debido a la victoria del ‘sí’ kurdoiraquí sería “restringir todas las operaciones de exportación de petróleo al Gobierno iraquí”.
Turquía ha aumentado la desconfianza hacia sus tradicionales aliados, la Unión Europea y EEUU. Esto se debe a que Erdogan les acusa de dar refugio a los “terroristas” prokurdos e izquierdistas. Como resultado, Turquía se ha acercado a Rusia: “Hace falta una alianza sólida entre los pueblos eslavos y turcos, es importante debido a los cambios que estamos viviendo a nivel global”, afirmó el coordinador turco-ruso de la Duma.
Un efecto colateral de las negociaciones de Turquía con Europa es la crisis de los refugiados. Además de acusar a Europa de dar cobijo a terroristas, también se le pide cumplir con los acuerdos propuestos con Turquía para acoger a refugiados. Este acuerdo no se ha cumplido ya que Turquía alberga a 3.000.000 de personas que huyen de su país mientras que a Europa llegan pocos de los que fueron prometidos. A esto se le suma que este país pida ayuda a Europa para poder luchar contra las tres bandas terroristas que azotan el país: el PKK, el ISIS y el TAK.
Marina Elena
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