“Europa no puede seguir igual”. Con esta breve, pero contundente, frase abrió Angela Merkel la cumbre informal de la Unión Europea celebrada el jueves 28 de septiembre en Tallin (Estonia), que este semestre ostenta la presidencia de esta reunión. Tras las elecciones del domingo en Alemania, Merkel, da una oportunidad a la agenda reformista del presidente francés, Emmanuel Macron. Vuelve a surgir la química entre los dos países, una química ausente durante los mandatos de Sarkozy y Hollande.
La cumbre formada por 27 países, con la gran ausencia de España por el conflicto de Cataluña, trató reformas para una nueva Europa donde destacaron los discursos del presidente de la Comisión Europea y del presidente francés. Los tres temas principales de la reunión estaban recogidos en el escrito de cinco páginas que Alemania, Italia, Francia y España presentaron ante la cumbre. El primer tema y el de mayor importancia, fue el desarrollo de la infraestructura digital y la libertad de datos. El plan propone que todos los países de la Unión Europea tengan un sistema de fibra de vidrio 5G hasta 2025. A su vez, uno de los problemas que surge tras esta propuesta es la protección de esos datos personales y su privacidad. En el escrito se asegura la seguridad de esos datos tras “el fortalecimiento de la confianza en el mundo digital”.
Estonia, ya es un ejemplo de vanguardia digital tras haber vivido diez años atrás, una fuerte ciberguerra con Rusia. Por ello, es el lugar idóneo para buscar solución a este problema. Klaid Mägi, responsable de ciberseguridad del Departamento de Respuesta a Incidentes de la Autoridad del Sistema de Información de Estonia aseguró a EFE que “Nuestra ventaja es que somos pequeños y tenemos más flexibilidad. Podemos actuar y responder muy rápido”. Este país apostó hace veinte años por los algoritmos y la criptografía como futuro de las redes cibernéticas.
A un lado de todos estos temas digitales, se trataron las propuestas relacionadas con impuestos, incluidas en el escrito. El problema principal actual, es que los países no pagan sus impuestos donde las mercancías están consumidas, si no, en “oasis” de impuestos para ahorrar costes. Según el escrito, se tiene que solucionar este problema con dos propuestas: primero, se deberá realizar una comprobación en el sistema de impuestos de los países europeos y, segundo, el impuesto sobre el valor añadido de mercancías debería estar bajo aquellos países en los cuales se consuma esa mercancía.
Aunque España tenía un papel importante con su participación en el escrito, no pudo estar representado por su presidente, Mariano Rajoy, por el desafío independentista de Cataluña, que tiene completamente paralizado al país. En su nombre, estuvieron: el Secretario de Estado para la UE, Jorge Toledo y el embajador representante permanente ante la UE, Pablo García Berdoy. La delegación española aclaró que el desafío secesionista catalán obligaba a Rajoy a quedarse en Madrid.
Fotografía: Todos los representantes de los países de la Unión Europea durante la cumbre celebrada el pasado jueves 28 de septiembre en Tallín, con la ausencia del representante español Mariano Rajoy. (EFE)
Rebecca Sánchez y Yasmin Loessl
