El mandato de Dilma Roussef aparenta estar decayendo debido a las acusaciones que le imputan; como lo son recibir sobornos, ocultar cuentas bancarias en el exterior y la ayuda en un plan de fuga de un preso en un avión particular, entre otras denuncias. En consecuencia ha perdido el apoyo de la mayoría de sus aliados políticos, el último fue el partido progresista, liderado por Gilberto Occhi.
El vicepresidente Michel Temer quien dirige el Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), difundió “por error” un audio en el cual asegura la destitución de la mandataria y pide un gobierno de “salvación nacional” sin Roussef al mando. La aún presidenta se defendió afirmando que “Cayeron las máscaras de los golpistas e insinuó que Michel Temer es el principal conspirador para darle un “golpe de estado”. El próximo domingo la presidenta se enfrenta a una votación en la cámara baja que podría ser su último paso por el gobierno.
La comisión parlamentaria especial del Congreso aprobó el proceso de destitución parlamentaria de Roussef. En la votación, el Senado necesita dos tercios de los 513 miembros de la cámara de Diputados para continuar con el proceso de destitución que se ha llevado a cabo para destituirla de su mandato. Sin embargo, la presienta cuenta aún con el apoyo de 172 diputados para bloquear su juicio político y cambiar su futuro.
El siguiente paso para proseguir en su juicio político será obtener la mayoría simple de aprobación del Senado Brasileño aunque las fechas no están claras. Si la mandataria fuese absuelta o el Senado no tomase ninguna decisión en un plazo de 180 días posteriores, volvería a presidir el país sudamericano. En caso de que la presidenta deba abandonar su puesto temporalmente se hará con el cargo el actual vicepresidente Michel Temer.
Todo el caos en Brasil ha sido precedido por el colapso de argentina y triunfo de Mauricio Macri, la reapertura de ambas embajadas de EEUU y de Cuba, y la crisis económica en Venezuela. El cambio de gobierno en argentina ha abierto las relaciones bilaterales con EEUU, al mismo tiempo Cuba modifica la política exterior llevada a lo largo de décadas. Los gobiernos latinoamericanos están en proceso de transformar sus relaciones internacionales con Estados Unidos. El contraste sería el caso de Brasil y Venezuela. Ambos países se encuentran políticamente inestables, puesto que sus actuales presidentes han perdido popularidad y apoyo ciudadano y político. En Venezuela, las últimas elecciones, la oposición fue la más votada con la mesa de la unidad MUD. Por lo cual, el presidente está gobernando con la asamblea nacional.
Michel Sepulveda y Caterina Vilaire
