Miles de manifestantes salen a las calles del Líbano en protesta por la corrupción

En el Líbano, miles de personas salieron a manifestarse de forma masiva y por segunda semana consecutiva para rechazar el diálogo con el Gobierno de Saad Hariri y reclamar su dimisión. Uno de los principales objetivos de las protestas, según Aljazeera, se centra en que los líderes de la Guerra del Líbano contra Israel, que dejó más de un millar de fallecidos, sean puestos a disposición judicial y rindan cuentas por los años de corrupción y por su mala gestión económica.

El resentimiento de la población y el alcance de las protestas se ha extendido rápidamente llegando a diversas áreas controladas por la organización paramilitar islámica libanesa Hezbollah (Partido de Dios), la cual ha manifestado su rechazo a la renuncia del gobierno, debido, entre otros motivos, al dominio de facto que este ejerce sobre sus decisiones. El poder de Hezbollah quedó patente cuando después de numerosos conflictos que afectaron al país, el Gobierno libanés ordenó el desarme de todos los grupos armados que operan en el interior de sus fronteras a excepción de Hezbollah, que aunque desmanteló su estructura y operaciones en Beirut se mantuvo presente al sur de Líbano.

A este clima de protestas hay que sumarle los ataques que hace pocos meses Israel desplegó contra objetivos en Siria y el Líbano. Estas incursiones obedecieron a un plan de ataque de la aviación israelí para desbaratar otra operación pro iraní con drones suicidas que tratarían de atentar contra áreas estratégicas de Israel. Esta cadena de acontecimientos está disparando la tensión en Oriente Próximo en pleno proceso electoral en israelí, con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu disputándose el gobierno.

En plena crisis libanesa, Siria y el desastre humanitario que afecta a sus ciudadanos, es otra de las regiones protagonistas en el conflicto. Según denuncian varias ONG internaciones y locales como Save the Children, el Gobierno libanés ha aprobado nuevas medidas coercitivas como la demolición de varios cientos de viviendas ocupadas por refugiados en asentamientos y su deportación forzosa. Es en Arsal, una pequeña localidad al este de Labweh y al noreste de Beirut, donde las Fuerzas Armadas Libanesas por primera vez han aplicado esta normativa que ha llevado a desmantelar cualquier construcción improvisada impidiendo que los refugiados puedan asentarse de forma permanente en territorio libanés.

Estos acontecimientos y la situación en que han desembocado no han hecho sino incrementar la tensión existente en la frontera entre el Líbano y Siria donde sirios y libaneses encuentran serias dificultades para sobrevivir y convivir en un país cada vez más hostil.

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Redactora jefe de Europea Media y Europea News.

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